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Marcela es una inmigrante de América Latina que reside en Madrid, España. Ella vive con su novio, Nelson en un pequeño apartamento en el suburbio de Madrid. Nelson es un vendedor ilegal de flores. Él y los otros vendedores ilegales de su pueblo no plantan las flores sino las roban.
Nelson huye de la seguridad. |
Las cosas se molestan un poco cuando el refrigerador para enfriar las flores se rompe. Debido a que no hay suficiente dinero, Marcela y Nelson están de acuerdo de que ella debería encontrar un trabajo como empleada doméstica. De hecho, ella finalmente le ofrece un trabajo cuidando a un anciano llamado Amador. La hija de Amador y su familia se van de vacaciones por dos semanas por eso Marcela se paga para cuidarlo.
Tal vez debido a sus diferencias, Amador y Marcela comienzan a construir un lazo. Amador está muy enfermo y aun no puede salir de la cama sin ayuda. Marcela tiene todo sino el dinero. Amador es viejo, dejado por su familia, mientras que Marcela es una jovencita pobre que está a punto de comenzar su propia familia. Amador está esperando su muerte, mientras Marcela está esperando a una nueva vida; un bebé de suyo. Ademas, lo más interesante es que Amador es capaz de sentir la presencia del bebé aunque Marcela no le dice nada acerca de su embarazo.
Marcela y Amador disfrutan de su mutua compañía. |
Ella hace todo lo posible para pasar desapercibida la muerte de Amador. Ella compra un ambientador, un ventilador, incluyendo los medicamentos de Amador. Gente parece no darse cuenta de cualquier rareza excepto un vecino calvo de Amador. Él llega al apartamento para ver Amador pero Marcela se niega a dejarlo entrar. El sentimiento de culpabilidad junto con su débil condición la hacen sufrir éticamente y físicamente. Ella incluso pide a la prostituta a rezar por Amador para que su alma pueda descansar en paz.
Al final de la película, la hija de Amador vuelve y dale una visita. Irónicamente, ella y su marido le dan las gracias a Marcela y la piden que continúe lo que está haciendo porque ellos necesitan el dinero de la pensión de Amador para construir su nueva casa cerca de la playa.